Regida estrictamente por las reglas que marca la IGFA, el pescador luchará con el pez de principio a fin. En la pesca se utilizaran carnadas vivas o muertas, montadas exclusivamente con anzuelos circulares. No hay limitaciones de pescadores o cañas por barco, ni diferenciación de tipos de nylon, siendo el máximo permitido de 130 lb.
Una de las más efectivas medidas de protección de lo picudos, es la técnica de capturar y liberar, que se practica en muchos lugares del mundo, es efectiva en un 99 % de los casos, salvo que el animal haya tragado demasiado el anzuelo, en cuyo caso no será posible aplicarla. Consiste en mantener el animal agarrado por el pico, liberarlo del anzuelo, sumergirlo mientras la embarcación continua dando marcha adelante procurando que el flujo del agua pase por las branquias hasta que se haya recuperado para liberarlo completamente.
Cabe aclarar que dentro de las reglas de liberación del marlín, se vuelve polémico el hecho de que “Si un pez está muerto o casi muerto al acercarse a tierra y no hay oportunidad de sobrevivencia, el pez podrá ser subido a la embarcación y el equipo recibirá los puntos por el pescado como si fuese un pez liberado. Cualquier pescado muerto será propiedad del torneo y será donado a una organización caritativa local”, esta situación provoca una despreocupación en el hecho de mantener la sobrevivencia del marlín, ya que si el pez muere el equipo siempre resultara ganador.
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